El Arte Digital y Las Impresiones Giclée
Cuando exploramos el mundo del arte digital, a menudo nos encontramos con desafíos únicos, tanto en el proceso de creación como en el mercado. Una característica distintiva de obras como la pintura digital, la fotografía y la fotomanipulación es su falta de presencia física; estas creaciones suelen quedarse en el ámbito de las pantallas y los píxeles. Esta particularidad a veces conduce a malentendidos y subestimaciones de su valor artístico.
En cierta ocasión, estaba platicando con alguien sobre una de mis obras digitales que planeaba imprimir para su venta. Esta persona sugirió que debería fijar un precio significativamente más bajo en comparación con otras piezas de medios tradicionales. Su argumento se basaba en que, al no ser una obra única, debería venderse al mismo costo que una reproducción de una obra en medios tradicionales, como si fuera una foto de una pintura.
El arte digital no es más ni menos válido que cualquier otra forma de expresión artística; es simplemente otro medio. Las impresiones giclée son mucho más que simples réplicas cuando se trata de arte digital, ya que, aunque la falta de presencia física no disminuye el valor de una obra, una impresión giclée puede ser la única representación física de una obra digital. Son un medio a través del cual llevamos estas creaciones al mundo tangible, y su valor es igual de legítimo que el de cualquier medio tradicional.
Y si bien las tiradas de impresiones limitadas pueden mantener el valor coleccionable de una obra, más allá del medio utilizado, lo que a mi realmente me importa es la historia detrás de cada obra, la técnica, la creatividad y la visión del artista.